Por Jorge Álamos.
El balón terminó de rodar en un deslucido encuentro donde lo que más llama la atención, son hechos ocurridos fuera del rectángulo verde. El más importante o más crítico, el hecho que un «hincha» lanzara una cortaplumas abierta, con objetivo claro de herir a alguien en cancha.
Pese a los incidentes citados, el futbol continuó y terminó, el problema es ahora para los albos, el informe del árbitro del encuentro, Cristian Garay, es certero y señala lo siguiente:
-Al minuto 74, lanzan, desde el sector cordillera, al terreno de juego una «cortapluma» abierta, mientras estaba recibiendo atención médica el jugador de Universidad de Chile, José Castro. Entregando el proyectil a los representantes de la ANFP.
-Al minuto 88, desde el sector Caupolicán, se encienden bengalas y se lanzan fuegos artificiales dirigidas hacia la tribuna Magallanes, donde se encontraba el público visitante.
-Al minuto 90+5, desde el sector Magallanes, donde se encontraba la parcialidad visitante, lanzan piedras al terreno de juego. Entregando los proyectiles a los representantes de la ANFP.
Si se aplicara el reglamento, seguramente el estadio debería ser suspendido, generando un gran problema no solo para el cuadro albo, si no para el futbol nacional. Recordemos que en la capital existe una escasez de estadios que además cumplan con normas de seguridad.
Quizás intentando acallar críticas, el cuadro albo sacó un comunicado, lamentando la situación y que trabajará cómo club en identificar a los sujetos que provocaron incidentes. Otro punto que no es menor, la selección hará de local a fin de mes ante Paraguay en el mismo estadio donde ocurrieron los incidentes en el clásico el fin de semana pasado.